Las hipotecas variables fueron hasta hace bien poco el producto estrella de la banca pero con la llegada de los tipos negativos fue perdiendo protagonismo (e incluso supuso un problema ya que se vieron forzados a pagar intereses a algunos clientes) mientras las fijas lo iban ganando, buena muestra de ello es que hace 10 años cerca del 4% de las hipotecas concedidas eran fijas y ahora superan ligeramente el 50% según los últimos datos del INE. Más que una decisión del consumidor se trata de una agresiva estrategia comercial de la banca, han mejorado mucho su oferta de hipotecas fijas y han dejado de lado la de variables.
1.- Con una hipoteca variable pagas menos cada mes.
2.- No tienen tanto riesgo.

3.- Tienen menos comisión por amortización anticipada
4.- El plazo es mayor
5.- Los bancos quieren venderte una fija