Los fondos de inversión se han convertido en los últimos años en la alternativa a la falta de rentabilidad de los plazos fijos y depósitos.
Es irónico, ya que ha sido, en países con más histórico de planificación financiera, el medio más utilizado para la gestión del ahorro y el patrimonio, debido a que son sencillos y seguros quiera uno o no, debido a sus normas de diversificación.
Eso sí, el medicamento puede ser el mejor, pero puede ser que no sea el que nosotros necesitamos para nuestra dolencia por lo que, el cómo utilizarlo es vital.

Un fondo de inversión no es más que una agrupación de activos por lo que, es de vital importancia, que los activos que contenga un fondo de inversión sean aquellos que nosotros necesitemos en función de nuestros síntomas o dolencias y que el médico nos los administre a medida y nos haga el seguimiento hasta curarnos.
No hace falta enfatizar que cuando nos automedicamos, corremos el riesgo de que tengamos reacciones que no esperamos en nuestra salud y pocas veces positivas.
En las finanzas, este ejemplo se plasma en eventos como el que haya una desinversión masiva de los fondos de inversión cuando los mercados bajan. Recordemos que la economía mundial en su conjunto es alcista en el largo plazo y brinda muy buenos resultados a quien sabe utilizarlo de forma correcta.
Teniendo en cuenta que lo único que da seguridad es la diversificación, hay varios criterios, los cuales hay que utilizar de forma simultanea. Si uno se nos olvida, a la mesa le falta una pata por lo que el equilibrio no es perfecto.